Zatopek llevó al extremo los principios del entrenamiento por intervalos. No era propenso al entrenamiento lúdico o espontáneo. La razón y una idea-fuerza gobernaban su entrenamiento
La razón la encontraba Emil en el procedimiento de entrenamiento por intervalos. La idea-fuerza era que el cuerpo se robustece mediante el trabajo cada vez más intenso. Son estos dos conceptos los que lo llevaron a realizar entrenamientos de una dureza jamás antes vista.
Respetando el principio del entrenamiento por intervalos, Zatopek dividía la distancia en la que iba a competir en distancias cortas (200, 400 metros). Según él, un corredor puede preparar 5000 metros haciendo pasadas de 100 metros en su entrenamiento, ¡siempre que haga 50 de una vez!
Inmediatamente después de la Segunda Guerra Mundial, Zatopek ya estaba haciendo 20 x 400 por sesión. Cinco años más tarde, sus entrenamientos podían incluir 40 x 400 por sesión, realizados en 1'10"-1'15". En 1953, lleva la intensidad al punto de realizar 100 x 400m en un tiempo de 1'10" a 1'20" en un mismo día.
Si la rutina incluyera correr en velocidad distancias iguales o superiores a los 10 Km., esto impediría, según Zatopek, alcanzar buenas velocidades en distancias más cortas.
Comparando su entrenamiento al del ruso Vladimir Kuts, se observa que ambos parten de una base común (20 x 400m). Pero mientras que Zatopek aumenta la cantidad sin variar la intensidad, Kuts no aumenta las repeticiones sino que corre cada repetición más y más rápido. Esta diferencia explicaría porque el ruso dominaba las distancias más cortas (5000m) mientras que Zatopek reinaba en las largas.
En ambos casos, el entrenamiento era particularmente exigente. Gordon Pirie, que se inspiró en los hallazgos de Gerschler, de la dureza del entrenamiento de Zatopek y del aumento de intensidad utilizado por Kuts, manifestó utilizar el entrenamiento por intervalos tanto en su sesión de la mañana como en la de la tarde. Agregándoles un calentamiento de 30 minutos y una recuperación de 15, estos entrenamientos lo llevaron a alcanzar distancias semanales del orden de los 300 Km.
Tamaña dosis de trabajo físico era considerada inhumana por la mayoría de los atletas “occidentales”. Detengámonos un instante en la narración de la historia para recapitular lo que hemos visto hasta ahora (primera mitad del siglo XX)
Las formas de entrenamientos hasta ahora revisadas pueden resumirse de esta manera:
«Específica» Corrida a la velocidad de competición sobre distancias similares a la de la competición. Utilización de competencias previas para progresar
Corridas largas y lentas
Velocidad: corridas sobre distancias cortas (100 metros)
Robustecimiento muscular
Entrenamiento por intervalos con cantidad: (Zatopek). Numerosas repeticiones de pasadas de 200 a 400 metros, separadas (o unidas) por intervalos de recuperación incompleta
Entrenamiento por intervalos con calidad: (Harbig). El número de repeticiones es mucho menos importantes y la velocidad sensiblemente mayor. Las recuperaciones también son incompletas
Esta lista aporta una muestra bastante completa de los diferentes mecanismos de trabajo disponibles para el corredor a pie hasta la mitad del siglo XX. En los años que seguirían, la novedad vendría por el lado de la inclusión de estos mismos mecanismos, en planes más amplios o completos de entrenamiento.
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